Pausa en la dieta y en el entrenamiento

Normalmente siempre hablamos de lo bueno de entrenar y cumplir con nuestros objetivos de dieta para cada etapa, y dejamos de lado la importancia del descanso en ambos aspectos.

Un descanso de 5 a 10 días tanto de la dieta como del entrenamiento puede significar grandes avances a largo mediano – largo plazo

Cuando estamos a dieta nuestro organismo pasa por ciertas etapas y adaptaciones, haciéndonos cada más inmune a nuestras técnicas de dieta para conseguir objetivos, esto suele suceder más que todo en la etapa de pérdida de grasa.

Las hormonas se tornan en nuestra contra, el gasto calórico desciende y el apego a la dieta cada vez es más difícil de sostener, si a esto le sumamos ajustes periodo a periodo incrementando las características de la dieta para conseguir el objetivo, veremos que finalmente puede convertirse en algo estresante, tanto mentalmente como físicamente, y es donde nos encontramos en la delgada línea del abandono total.

Por la parte del entrenamiento, si estamos llevando hace algún tiempo un programa estructurado y cumpliendo con los parámetros de sobrecarga progresiva, podemos notar que con el pasar del tiempo el avance en los pesos levantados es casi nulo, incluso introduciendo técnicas de intensidad total sobre volumen, en algún punto se llega a lo que se llama una meseta o estancamiento, ya los músculos no pueden proporcionar más fuerza, y el cuerpo logra adaptarse al estímulo.

El descanso en ambos aspectos antes mencionados, básicamente desciende o nulifica tanto la dieta como el entrenamiento para proporcionar un ambiente totalmente distinto y radical al que veníamos acostumbrados, físicamente y mentalmente.

Lo que conlleva a un regreso fructífero tanto en dieta como en entrenamiento, puesto que las etapas y adaptaciones por la que habíamos pasado han sido revertidas con el descanso.

Aconsejo cada 6 meses programar al menos 10 días de descanso total del entrenamiento y vuelta a calorías de mantenimiento por parte de la dieta.